monstruosa busqueda de un menu económico
Para celebrar el aumento a cuatro horas andando que hemos conseguido al final del mes de agosto, organizamos una comida en un restaurante barato y en vistas al objetivo de elegir uno visitamos distintas propuestas: el restaurate tibetano de la calle Zurita (lo encuentran algunos demasiado monacal y extraño), el restaurante sakura del Actur (45m) que tiene un menu popular entre semana (pero que encuentra oposición entre los posibles agasadados neoclásicos en cuestión culinaria), el vegetariano de Cortes de Aragón (40m), desgraciadamente cerrado por vacaciones, el picadillo en Prudencio (50m), que a pesar de estar regentado por chinos y tener en el munú los platos tradicionales de un restaurante chino conserva los del anterior dueño, con su paella, chuletitas y postres contundentes que finalmente provovoca la aprovación de la mayoría. Otros restarantes y pizzerias suscitan nuestra gula, pero no se agustan a nuestros ahorrillos.