Enpezamos calentando gesto, voz y espíritu con ejercicios divertidos: nos presentamos con un nuevo lenguaje que consiste en cambiar todas las vocales por una (la a por ejemplo) y tratando de seguir una conversación de esta manera.

Seguimos variando, mordiéndonos la lengua al hablar y terminamos exagerando mucho las vocales (lo que se conoce como «idioma balleno»)

Como faltan algunos de los actores del grupo continuamos leyendo el libreto para repasar diálogos y entonaciones.

Finalizamos con una dinámica a tríos: el participante que se sitúa en medio realiza un gesto o acción cotidiana, el de su derecha lo exagera y el de su izquierda lo disimula. Se intercambian papeles para trabajar la dificultad de cada uno (si le cuesta más exagerar o disimular)