La madre blanca

La madre blanca

Representado por:

Melania Montinari, Luz Moreno, Fernanda Gardeñes, Alba Uson

El Señor Shun recogía niños abandonados. Recorría el territorio en el que el emperador aseguraba la pacificación de los cuatro reinos y paradójicamente, iba dejando un reguero de sangre por el país. Su aspecto enjuto y la larga barba puntiaguda contribuían, pasada la primera impresión de sorpresa, al ambiente irreal con que se encontraban los niños que llegaban por primera vez. Era como si se les sumergiera en un reino encantado. 1

El día en que llegó asustada y demacrada una niña de unos trece años, el señor Shun le dijo:

-“Qué bien nos vendrás. Al ser la mayor podrás cuidar de los pequeños y ayudarles en las tareas. Fíjate en esta pintura que será el lema o símbolo de tu lugar. Como habrás podido observar produce una impresión impactante: las montañas están nevadas, los árboles parecen hablar, los bosques poseen vida propia de noche…. Todo esta realizado con simples trazos. Y, en cambio, hay más vacío que en ningún otro cuadro. Con poco se obtiene mucho, pero con mucho se consigue poco.”

La niña empezó a sentir una especie de vértigo en el nuevo destino por el tono oracular de Shun, el lugar tenebroso, la novedad… Notaba como si al entrar en el orfanato se le arrancara un ser que tenía hasta entonces para que hubiera lugar suficiente para otro nuevo. Pero transcurridos varios días, fue viendo que ese vacío del ser se le iba llenando con una nueva personalidad que se le agarraba como una garrapata a un perro.

Los niños que veía en el orfanato parecían alegres, quizá en exceso para compensar una tristeza interior que les corroía. Eran muy dicharacheros. A veces las personas que deberían estar más tristes, son las que más vitales parecen. La adoptaron como la Madre Blanca, la niña mayor, la consejera, la justiciera de entuertos y quejas, la aplacadora de pesadillas y tormentos de todo tipo. Esa era su misión en el orfanato.

La Madre Blanca supervisaba el trabajo que había. Repartía con tino tareas tales como lo que debía recogerse en la huerta, la elección del escuadrón de cocineros, la organización de las diversiones para evitar malentendidos y, sobre todo, evitaba que los niños desperdiciaran mucho tiempo resolviendo las reglas de los juegos. Porque si había una autoridad que decidía, ellos podían centrarse en la acción.

Los pequeños intentaban construir un ambiente afectuoso. Sin que nadie lo hubiera ordenado oficialmente, se hablaban con dulzura y se trataban con mucho miramiento y respeto, lo que creaba una atmósfera de lo más familiar y contribuía a esta especie de opereta para reparar los males que habían sufrido.

El señor Shun era muy querido a pesar de estar siempre ausente, resolviendo trámites, juntando donativos y buscando huérfanos en lugares remotos del imperio. Cuando volvía todo era una fiesta. Traía dulces, carne para comer y prodigaba caricias en el pelo a todos los pupilos.
De los dramas del exterior y del pasado apenas se hablaba y una vez al mes se realizaba la ceremonia de Limpieza de las Almas con alguno de los nuevos. La Madre Blanca se ponía un chal blanco que sólo dejaba ver los ojos y se situaba en el centro de la sala de banderas. En frente había una plataforma cuadrada de madera. El candidato subía el escalón y una vez colocado le hablaba transformada en oráculo. Ese día le tocaba a Shi Chuan:2

-Shi Chuan, de la aldea de Li Pao, tú que perdiste a tu padre en la guerra y a tu madre, que murió enferma, debes entender que el sacrificio que hacía ella de darte su comida para que sobrevivieras no debe hacerte sentir como si fueras un egoísta o su asesino. Para nada. Tu madre hizo lo que haría cualquier madre. Yo también lo haría por cualquiera de vosotros si faltara comida. La culpa es de la guerra que trae calamidades y desgracias. Por eso lo que debes hacer es ser siempre pacífico y no dejarte llevar por la ira ni por la rabia, no pelearte ni entristecerte y luchar para que nunca más haya guerras de ningún tipo. Guarda la memoria de tus padres en el altar, en la cabecera de tu esterilla y reza para que su karma tenga el beneficio del recuerdo. Ruega por la paz del imperio y ayuda a tus iguales, especialmente a las niñas delicadas e indefensas: no te burles nunca de ellas porque en el futuro pueden ser madres.

Otro día, mirando a Nin Fhao como si le atravesara un rayo de luz, le dijo:

-“Nin Fhao, de Saoching, ya sé que todo comenzó porque no tuviste una infancia fácil. De hecho fue muy complicada. Quizá padeciste la falta de cariño de tus padres por motivos de trabajo. Faltó la guía en que basarte para poder crecer con una identidad adecuada o una orientación que te indicara el sendero correcto. Quizá no elegiste el camino que debías y esto provocó que acabaras dedicándote a la mendicidad. Algunas veces robaste y así, encontraste al doctor Shun, que lejos de cortarte la mano por aquellas malas conductas, te acompañó a este lugar”.

Se hizo una pausa en la que el señor Shun hizo sonar unos triángulos metálicos y luego el gong y le hizo una seña a la Madre Blanca para que prosiguiera:

-“A partir de ahora comienza a escuchar a la gente que te quiere. Solo buscan lo mejor para ti. No te encierres en ti mismo. Trata de no lamentarte por el pasado. Céntrate en el presente. Tu futuro está en tus manos. No todo está perdido. Tienes mucha vida por delante, muchas cosas que disfrutar, mejorar y sobre todo muchas por aprender”.

Pasados dos meses, aunque el señor Shun no estaba, la Madre Blanca ya tenía bastante confianza como para llevar a cabo la ceremonia sola.

Miró a Li Yuao en la plataforma de ceremonias y le dijo:

-Ya sé que al morir tu madre, ésta procuró en su agonía, pensar en tu futuro y mandó llamar a su mejor amiga, a la que tantas veces había ayudado con huevos de oca, sacos de arroz, y multitud de favores. La quería como a una hermana, aunque fueran sólo vecinas. En su último aliento le dijo: “cuida de mi hija y a cambio te daré la granja de ocas y mis dos campos de arroz”. La vecina te acogió en la casa como una hija más, pero pronto, por desgracia, cayó en el egoísmo humano que suele causar la fortuna y el dinero que recibes de golpe. Dicen que el poder y la riqueza corrompen o envenenan el corazón, porque transforman a gente que es muy buena o sensata, en ruin o miserable. Dicen que los ricos a veces son mas tacaños y crueles en su abundancia que los pobres a pesar de su miseria.

Ella misma tocó las campanillas y le hizo una seña a uno de los pequeños para que tocara el gong.

-Empezó a maltratarte y apenas te daba nada. Eras la última en comer, te hacia barrer, ir a los campos de arroz… Pero una vez que ibas a pasear las ocas, unos facinerosos te las robaron y cuando se lo contaste a tu madrastra, muerta de miedo, la muy traidora te expulsó del pueblo. Aquella que se supone que era la mejor amiga de tu madre. Y fuiste de aldea en aldea dedicándote a la mendicidad. A veces robabas y ahí encontraste al señor Shun, que te trajo al orfanato.

Sonó el gong.

-A partir de ahora, deberás aprender a no ser desconfiada porque no todo el mundo te traicionará. Si te encierras en ti misma y rodeas tu corazón de hierro o piedra para que nadie lo dañe, acabarás sola y asfixiada. Trata de abrir tu corazón y aprende a confiar de nuevo en algunas personas que lo merecen.

Al mes siguiente, volvió Shun. Había traído carne, frutas, dulces máqiú 3 y como tocaba ya el rito de limpieza de almas acompañó a la Madre Blanca en la ceremonia de Don Ju:

-Don Ju, ya sabes que durante la guerra tu madre murió por una enfermedad muy grave. Tu padre, que no aguantó la soledad y el cargo de criaros solo, casó con otra mujer. Ahí fue cuando empezaron tus desgracias. Estabas tú, solo, con un padre ausente y una madrastra
que no te quería y hacía todo lo posible para echarte de casa. Te maltrataba, te llamaba de mil maneras, te obligaba a comer cosas que no te gustaban, sólo porque ella te veía como una amenaza en la relación con tu padre. En el fondo sabía que nadie podría sustituir a tu pobre mamá. Así que te viste obligado a huir de una casa donde ya no te sentías querido. Y entonces encontraste al señor Shun, que te trajo aquí, donde finalmente pudiste encontrar el amor que merecías.

El señor Shun sopló en una flauta de caña de sonido muy profundo, y dio unos golpes seguidos a un bambú hueco.

-Don Ju, el amor existe. En el mundo no son todas madrastras ni todos padres traidores. Ya sé que no confías en nadie pero tendrás que aprender a abrir tu espíritu a otras personas. Deberás tolerar las pequeñas injusticias, maldades y debilidades humanas que todos tenemos que aguantar para no replegarte como un caracol que se esconde en su caparazón. Yo entiendo que dar confianza es un riesgo muy grande para todos, pero si no somos bastante valientes para enfrentarnos a este riesgo, nunca seremos capaces de aceptar el amor que los demás quieren darnos.

Todos los nuevos habían pasado por la limpieza de almas pero el doctor Shun le dijo un día a la Madre Blanca: 4

-Me parece que falta alguien.

-No, ya han pasado todos – respondió sorprendida.

-Faltas tú -sentenció el señor Shun con el ceño fruncido.

-Pero si yo soy la Madre Blanca -objetó la niña.

-Bueno… este es un cargo que te ha sobrevenido pero piensa que los cargos, como los honores o las conquistas que hagas, en el fondo no son nada. No hay que tomarlas tan en serio como si fueran para siempre y no son algo para entusiasmarse. Mejor que seas capaz de deshacerte de lo que has hecho y que entiendas que las cosas pueden ser o no ser. El
vacío se puede llenar y lo que estaba lleno se puede vaciar. Este martes quiero que vengas a la limpieza de almas.

Al siguiente martes, le tocó a la Madre Blanca. Así que se quitó el velo. El señor Shun se refirió a ella delante de todos los huérfanos:

-Tú eres la que más has sufrido de todos. Cuando vinieron los soldados a tu aldea, asesinaron a tu padre y violaron a tu madre delante de ti. Y los soldados dijeron que te violarían todos, uno a uno, si tú misma no matabas a tu madre con una pistola. Tu madre te dijo “mátame, no te importe, pero salva tú la vida”. Y así hiciste.

Flauta sinuosa y golpes de bambú …

-Eres la que más ha sufrido pero has logrado hacerte la más fuerte del orfanato y esta fortaleza te ha salvado de la aniquilación de tu alma. Gracias a asumir ese rol has mantenido la moral alta y has podido ser útil a los demás. Has encontrado una forma de ser en el vacío y en el caos que se te presentó. Pero acuérdate de vez en cuando de ser débil, porque sino la fortaleza aniquilará totalmente la que fuiste alguna vez y al ser otra, serás nada, mientras tienes la ilusión de ser especial.


COMENTARIOS

#sagaCrecimiento #traumas #psicoterapia

En la narración se limpia el alma de los huérfanos (imagen de desarraigo familiar y deterioro de los asistentes a narratoterapia). Se celebra la ceremonia de cura exponiendo primero lo sucedido a la persona que se coloca en medio de la sala para ser “lavada”: una historia de ambiente oriental, muy inusual por los nombres y situaciones, pero de estructura narrativa similar a lo que le ha sucedido a la persona que se coloca en el centro en la representación (se ha creado a su medida). De esta forma la identificación emocional es inmediata, pero al mismo tiempo disfruta del distanciamiento que le proporciona el ambiente exótico. Se crean algunas pausas en las que tocan los oyentes como colaboradores implicados, algunos instrumentos de percusión sencillos para dotar de verosimilitud sonora a las historias. A continuación la Madre Blanca (recuerda vagamente al profesional de la salud vestido de bata blanca) realiza una especie de exorcismo o mantra salvador que da respuesta al caos emocional del huérfano. Las palabras curan el alma rota y le dan un respiro para continuar con la vida.

Acompañamos la narración con tintes de budismo (el vacío y lo lleno, deja fluir el tiempo pasado y concentrarse en el presente, mejorar el karma..) para potenciar el valor religioso-curativo de la ceremonia.

Finalmente realizamos una inversión de roles (la niña que hace de Dama Blanca pasa a ser la persona más necesitada de limpieza) debido a que el fuerte debe permitirse ser débil para no caer en la falacia que todo lo ha superado con su fortaleza y con su rol de limpiadora de almas.

Las micro-historias se han construido imitando las reales utilizando otros nombres y otras circunstancias, pero conservando la misma esencia esquemática al modo en que se cantan las hazañas del héroe narrando hechos extraordinarios que suceden en distintos tiempos y regiones. El oyente vive lo narrado de forma vicaria. Se ve en el espejo de los personajes, sufre5 y encuentra respuestas.


NOTAS TÉCNICAS

1La decoración de la sala consiste en unos hilos tensados de los que se han colgado paneles de papel de estraza con alguna representación oriental pegada para darle a la sala ambientación oriental del espacio de ceremonias de la casa de huérfanos

2El narrador se coloca un manto blanco encima. En este punto colocamos a determinada persona (en realidad una que ha vivido una historia paralela a la narrada) para lavar el alma del personaje y de la persona real al mismo tiempo.

3Bolas de semilla de sésamo y arroz glutinoso.

4Ahora el narrador segundo hace de Sr. Shun y el narrador primero u otra persona adecuada a la que le le coloca en el pedestal con la manta blanca en el suelo.

5En esta narración la implicación emocional de los participantes fue más intenta de lo habitual.

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