Dejandose mecer
Nos cogemos por los hombros, cerramos los ojos y nos mecemos durante un rato para entrar en ‘trance’ y visualizar una situación en la cual nos hemos dejado llevar, ‘nos dejamos arrastrar’ , ‘nos vamos’, ‘lo hacemos’, ‘ahí que voy’ ‘me decido’… Acabado este ejercicio cada uno verbaliza una situación en la que se ha dejado ir. Unos hablan de ocasiones en las que han tenido oportunidades, y no las han cogido por miedo o vergüenza, o no han funcionado bien por impericia o dificultades externas (negocios, parejas, viajes). Otros hablan de cambios positivos que se han producido en su vida a raíz de tomar determinada decisión (dejar las drogas, venir al centro de día, comenzar un curso..) o inflexiones negativas desde un cierto punto de la vida (comenzar a salir con malas compañías, abandonar un trabajo, romper la pareja..) Sale a relucir la conclusión de que en general los impulsivos necesitarían pensarse más as cosas, y los cautelosos o miedicas un poco más de atrevimiento y confianza en sí mismos.