Acudimos un grupo al cine (vamos un miércoles al mes) a ver la película ‘Insurgente’

Asistimos asombrados a un mundo donde aspectos del Yo se encarnan en facciones sociales, de forma que estan los abnegados, los cordiales, los eruditos, los osados, los divergentes, los abandonados. Estas partes entran en conflicto como el Anima y el Animus de C. G. Jung o Prometeo y Epimeteo de C. Spitteler. Nosotros que somos un grupo con esquizofrenia comprendemos muy bien lo que es que una parte del Yo se desgaje a su aire y nos haga de las suyas sea como alucinada proyección o como desorganización de la vida emotiva.

El divergente es como el 4 que se vuelve 1 de los versos dorados de los Pitagóricos, los comprende a todos y los supera de una forma que resuelve lo que tienen de acomodaticio, emprobrecedor o rígido cada una de las partes, que aun siendo perfectas en como partes son imcapaces de organizar un todo de una forma eficaz.

Los eruditos, utilizan el progreso científico, la ciencia, la capacidad de anticiparse y deducir de una forma amoral, desprovista de cordialialidad y por supuesto de abnegación, matan en nombre de un supuesto fin superior, buscan el poder absoluto recubierto de racionalidad  practica, pero saben que una caja misteriosa -donde suponen capacidades asombrosas de dominio- solo puede abrirse con una divergente con pedigrí, y no paran hasta encontrar el ejemplar perfecta,Tris, a la que someten a pruebas de  validez para comprobar que la insurgente es tambien abnegada, osada, erudita, generosa y cordial. Estas pruebas someten al limite a la protagonista, como forma de garantizar que la insurgente resuelve no sólamente las situaciones habituales correspondientes a cada facción o aspecto del Yo-Hipostasiado sino también una situación excepcional en la cual podría tambalearse su posición y romperse.

Sale airosa de las pruebas espectaculares, que incluyen hasta una forma de escisión de personaliad de ella misma estando en posición de conflicto y en posición de reflexión (pensamiento versus acción) y finalmente la caja se abre, aunque el mensaje es muy diferente al que los eruditos esperaban (un nuevo conocimiento superior que podrían darles el control de la sociedad), sino que establece que todos los conflictos habidos han sido un simple experimento, una prueba empírica, para demostrar la necesidad de que una divergente perfecta (síntesis Hegeliana) sea la guía necesaria para salir de los confines del muro del Yo aprisionado en el desasosiego perpetuo.