Ponemos un par de ejemplos de películas posmodernas que pueda representar la ideosingracia de la narración líquida: historias que brotan aleatoriamente, circulando sobre los generos como sobre lechos de rio (simulación de documentales antiguos, entrevistas periodísticas, publicidad, presentaciones científicas de series de investigación)

La narración es esdrújula, histriónica, fragmentaria, el espectador junta los trozos que le da tiempo a recoger al vuelo. Nada esta del todo claro y definido de forma que admita interpretación definitiva.

Los mundos tienen sus leyes propias aunque sean imaginarios.

En balada triste de trompeta distinguimos rasgos de la sociedad liquida: un tren que viaja constantemente a ninguna parte en especial, adaptando el circo a las paradas caprichosas. Los trabajadores a veces sobran y sencillamente son tirados literalmente a la cuneta.  El amor es enrarecido, neurótico, desquiciado. El mundo de los artistas se convierte en una anormalidad normalizada.

La querra civil aparece a veces como causa, como fondo, como anecdota, como evanescente capricho del tiempo.

En Magnolia vemos la sociedad rota del consumismo, relaciones mediatizadas, mezcladas de publicidad, azar y caos. Las noticias, los programas de television dirigen un mundo de zombis que entrechocan sus pasiones de forma paradogica por un lenguage disvirtuado (sea original, beba pepsicola).