Almas en El Roc de San Cayetano
Representado por Luz Moreno
Richi veraneaba desde hacía años con su familia en el pintoresco pueblecito del Roc de San Cayetano.1 Pese a ser un pueblo hecho a gusto del turista veraniego era un lugar agradable. Las pintorescas casitas blancas, la iluminación nocturna, la brisa del mar… le conferían un atractivo especial, un cierto toque mágico especialmente después de haber bebido unos cubatas.
Fue en este entorno donde Richi conoció a Ishtar, una chica que desde el principio le pareció especial y diferente en todo, empezando por su nombre poco común en aquella época y que debía a un padre de origen nórdico, se creía por entonces que en el norte estaban más adelantados y tenían nuevas formas de pensar. Por cierto que el nombre de Ishtar es el de una diosa babilónica2.
Richi y ella iniciaron una amistad en la que sus conversaciones eran fuera de lo común, porque no hablaban de cosas normales de chicos de su edad: divagaban entre la posibilidad de que a las personas se les hiciera un examen antes de que pudieran decidir ser padres de manera que si no lo aprobaban se les retirase la potestad de tener hijos, o qué pasaría si obligasen a vestir de un color determinado a todos dependiendo del día en que nacieron, o que los trabajos se asignasen al azar metiendo la mano en un bombo para escoger la profesión al cumplir los dieciocho… También hacían juegos de palabras utilizando frases con doble sentido según lo que pasara, inventando casi casi un nuevo idioma3
A Richi, además de compartir el sentido del humor y la originalidad en la forma de ver la vida, también le fascinaba el estilo grunge de Isthar. Por si alguno se pregunta qué estética es esa, se trata de una en el que parece que la ropa está vieja, rota o sucia pero nada más lejos de la realidad4. El aspecto ha de parecer que está al margen de la moda y de lo convencional, como si la persona prefiriese estar cómoda y a su aire con cualquier prenda vieja que ha cogido por ahí.
Incluso su postura física y su forma de sentarse le encantaban. En cierto modo tenía una manera de estar diferente, como si estuviera dentro de un cuadro o siguiendo la coreografía de un baile. Había algo artístico en ella.
El aire bohemio que tenía le hacía pensar que no le iban a juzgar por los duros cánones del éxito social y que con un poco de sensibilidad bastaba para poder ser digno de compartir el cuerpo y el alma
Hablando de almas5. Todos tenemos un alma oficial que se corresponde al papel que se nos ha otorgado en la vida o que debemos representar en función de donde nacemos, lo que esperan de nosotros los que dicen que nos quieren y lo que se nos exige. Debajo del alma oficial yace una íntima que en teoría es la auténtica pero que con frecuencia ocultamos temiendo la censura, la oposición o el desprecio de los demás. Por ejemplo un hombre puede tener detrás de su animus masculino un anima femenina íntima que disimule porque se le puede tratar de blando o amanerado o igualmente a una mujer se le invita a tener un anima delicada, amable y atractiva y se reserva el animus trepa arboles y peleón, que da palmadas en la espalda y se sienta despatarrada.
Mientras que por las noches salían de “garito a otro que me toca”, expresión que utilizaban para referirse a ir a bailar a las discotecas, como parte de las costumbres oficiales del lugar para los animus-anima, lo que se espera que hagan los jóvenes que se divierten, paralelamente, sus otros anima y animus secretos se compaginaban y se coligaban. Duplicidad de unión que sucede en muy raras ocasiones, como cuando las moléculas del carbono al cabo de cientos de años se combinan de una determinada forma para convertir el carbón en diamante.
Una noche en la que habían acudido a la verbena de la terraza de la Dama Blanca y estaban bailando, justo en el preciso momento en el que sonaba la canción de Adamo “Mis manos en tu cintura”, sucedió algo vulgar y ordinario que implicaba erecciones y corridas por contacto…la fuerza despiadada del amor carnal dentro de la sublime atracción entre sus sublimes espiritualidades.
Al principio disimulaban como si no hubiera pasado nada, utilizando los gestos cariñosos, gastando las bromas de siempre y enfrascándose en sus especulaciones filosóficas, si un niño adopta el nombre y apellido de los padres, ¿al llegar a adulto no podría quitarse el nombre y ponerse otro a su criterio como una señal de distinción evolutiva?. Pero el fuego que habían encendido revivía con cualquier viento6 y el enamoramiento que había nacido se apoderaba como un ciclón que les llevaba a buscarse todo el día, a pasar noches en vela, a utilizar diminutivos y elogios poéticos. Era su primer amor.
Pero desgraciadamente el verano terminaba y ya a finales de agosto, cuando tenían que volver a Zaragoza, decidieron quedar un día concreto, el del cumpleaños de Richi que era a finales de Septiembre frente a la estatua de la plaza San Francisco.
Cuando volvieron a la rutina, los primeros días se sintieron divididos y perdidos con el cambio de ciudad como si les rompiera el alma o al menos alguna de las dos que se supone que tenían.
Al llegar el día, Richi se acercó al lugar convenido y se sentó en un lado de la avenida, enfrente de la estatua cerca de la librería Cálamo. Estaba “raro” porque ya hace medio mes que no se veían y no sabía si iba a encontrar a la misma persona que veía en El Roc. Hay diferencias en el modo de comportarse cuando uno se encuentra en un escenario distinto a otro con diferentes personas, incluso a veces cambiamos nuestra forma de caminar, de posicionarnos, cambia la comida, el aire que respiramos y las exigencias que nos hacen ir vestidos de una forma determinada o preparados para comportarnos con conocidos que nos pudiéramos encontrar… 7
Por su parte Ishtar también tenía dudas de como sería el Richi Zaragozano en Zaragoza. En su círculo de amigas esos días él apenas existía. De hecho les contó las experiencias del verano en la playa poniendo al mismo nivel a Richi que a una pulsera que se compró en la avenida donde plantaban sus puestos los artesanos Se sentía otra Ishtar diferente de la que apareció estando con él. Pero la cosa era que también acudió a la plaza, aunque justo por el lado contrario, por el colegio Xavierre.
Isthar, al no verle aparecer se descorazonó y pensó esas cosas malévolas, exageradas y extremas que pensamos cuándo nos venimos abajo: ”no ha venido, no me quiere, seguro que está con otra…”, ideas que surgen en nuestro pensamiento perseguido por los peores augurios. Mucha culpa de estas paranoias las tiene el cine, que nos tiene sorbido el seso con historias románticas y melodramas.
Isthar decidió sentarse en cuclillas para relajarse leyendo el libro “El viejo y el mar”, así podría recuperarse de estas premoniciones desagradables y no pensar en Richi, por si no pensar en él, pudiera provocar que apareciera de golpe por sorpresa.8.
Al cabo de una hora empezó a pensar si no habría equivocado el lugar qué había elegido respecto a la estatua y decidió dar una vuelta cruzando la avenida.
Justo entonces Richi, que por su parte leía “Así habló Zaratustra” en un banco, dejó el libro y mirando la estatua dudó del sentido o del sinsentido de las direcciones elegidas y cruzó también la calle en sentido apuesto. Cosas de la sincronía de las almas.
En ese momento pensaron más en las suposiciones que en los hechos: “suponía que nos queríamos pero si no aparece es porque ya no me quiere” y ambos lo creyeron más con tristeza que con rabia por lo que decidían. Dominados por el estado de languidez, no dieron el paso de buscar al otro para indagar lo sucedido y dejaron correr el tiempo hacia su inclinación natural a la descomposición.
Y así pasaron unos años, conocieron y se casaron con otras personas por un motivo fundamental: porque esas personas SÍ QUE ESTABAN.
Aunque al principio, los que han sido heridos por el desamor, están limitados a sentir un amor debilitado, con el tiempo van curándose al completo porque la otra persona afortunadamente, mientras tanto, quiere por los dos.
Pasaron veinte años. El treinta de septiembre, día de su cumpleaños, Richi entre zombie y derrotado por las contrariedades de la vida, acudió a la estatua de la plaza San Francisco guiado por un ensueño sonámbulo previo a la derrota total. Isthar también ese día, no se sabía por qué, había rememorado la cita nostálgica de un amor imposible y tuvo el impulso de darse una ultima oportunidad, aún a sabiendas de que era la más absurda de todas.
Y esta vez se encontraron, se miraron con sorpresa y se contaron sus derroteros. Habían cambiado mucho.
Al despedirse se besaron en la boca para ver si sentían algo del primer beso que se dieron escuchando aquella bonita canción que ponían en el pub en que quedaban y algo se revivió como un pequeño vibrato, una leve brizna de lo que experimentaron en su juventud o al menos en su memoria.
Con eso se conformaron y vivieron felices el resto de sus días, porque ya sabían sus almas muertas que debían dar paso a las vivas.
COMENTARIOS
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Richi e Isthar se encuentran como ‘almas gemelas’ en un lugar turístico de veraneo (escenario de cartón-piedra, rituales de vacaciones, transitoriedad) Su compaginación consiste en un mundo de ideales que hacen de la realidad social algo a reinventar, participativo, en vez de unas reglas de juego cosificantes y alienantes. El amor surge entre ellos como una promesa de vida entrelazada entre sus almas y cuerpos, pero debe resistir la prueba del cambio de escenario (lugar de trabajo, la familia, las amistades, las aficiones). Desgraciadamente ocurre una cosa baladí, un desencuentro en el punto de contacto, para romper toda la magia y convertir la ola del enamoramiento en espuma. Esta razón ridícula de ruptura representa la fragilidad del amor que nace para morir en un instante.
El amor de verano es un símbolo de vida que se tuvo y se fue, pero explicada la pérdida como eliminación de alguna de las almas que tenemos (si tuviéramos varias) todavía podemos disfrutar un tipo de vida digna.
La vida digna a su vez se mueve entre el brillo de un momento naciente y la opacidad de un ocaso.
El desencuentro ridículo en una plaza que rompe bruscamente la trayectoria de la historia equivale a los momentos en los que todo se rompe en un antes glorioso y un después desastroso y el punto de oscilación puede ser algo repentino como la aparición de una enfermedad, un cambio de residencia, un divorcio, una muerte. Los desvíos erráticos cuentan con las fuerzas telúricas que doblegan nuestros sueños y deseos.
Para marcar las rupturas de cambio en la narración pasan de pronto las épocas, creando la ilusión de que a un segundo en el que pasa algo le siguen veinte años de salto temporal discontinuo. Los amantes veraniegos se reencuentran de adultos rememorando el ensueño juvenil, pero la vuelta atrás ya es imposible porque uno mismo ha dejado de ser el que era.
En las ruinas de lo dejado atrás queda un cierto rescoldo incapaz de provocar fuego por mucho que insuflemos el viento de la evocación. En cierto modo depende la nueva vida de ser capaces de reconocer la muerte de la antigua.
NOTAS TÉCNICAS
1Como introducción y puesta en situación pedimos a los presentes que indiquen algún lugar en el que recuerden haber pasado unas vacaciones de verano.
2Dependiendo del tiempo que se disponga, aquí se puede hacer una ampliación-digresión aportando la naturaleza de la diosa babilónica.
3 Si cruzaban delante de un kiosco y decían “el mundo nos mira” refiriéndose a los diarios; si se tumbaban en la arena de la playa “vamos al tostadero, conguitos”, haciendo alusión a ponerse morenos tomando el sol; si querían darse un chapuzón “vamos a poner los patos a remojo”, que era una especie de mezcla de ideas entre “mojarse en el agua” y la expresión jocosa “al agua patos!”. El narrador, después de estas explicaciones o ejemplos pide si en la sala hay alguien que se le ocurra decir “con segundas” o con “doble sentido” alguna cosa de alguien de los presentes. Los juegos de polisemia semántica o referencial ayudan a enriquecer el lenguaje y captar las mecanismos del humor.
4Este párrafo esta expresado a modo de aparte teatral.
5En otro tono como una voz en off, para explicar la terminología que se va a utilizar de ánimus-ánima y que se comprenda bien con otros ejemplos improvisados o de cosecha propia.
6Ver unas flores bonitas, qué bien te sienta el peinado, una pareja paseaba abrazada o se besaba, sonaba una canción dulce… Los oyentes son convocados a sacar a la luz qué tipo de testículos pueden hacer nacer el deseo entre amigos que están pasando a ser amantes.
7 Hacemos un breve interrogatorio sobre cómo nos comportamos en un bar, en una iglesia, con un niño pequeño, con un policía, si es lunes o domingo…
8El interprete se sienta de igual modo en el suelo enfrascado en la lectura de un papel cualquiera un tiempo suficiente como para que los oyentes encuentren el silencio y la pausa demasiado largos y comiencen a sentir cierto desasosiego.