Aurigon Tytär
Enrique fue a un cursillo sobre gramática BMF en Prolog Las gramáticas BMF son reglas abstractas de funcionamiento de un lenguaje. En español una oración tiene sujeto, verbo y complemento1. Existen otras gramáticas, por ejemplo la de un círculo médico muy especializado, o las de los teoremas matemáticos, en los que se formulan ecuaciones a partir de axiomas.
Allí coincidió con Aurigon Tytäre, especialista en lenguajes axiomáticos, pero también aficionada en el tema de la mitología eslava. Tenían largas charlas sobre Vainamoinen y Jukahainnen en relación al Kalévala. A Aurigon le interesaba especialmente la figura del héroe Jóker, es decir, un héroe que era un poco payaso, estrafalario y bromista. Un personaje que en distintas culturas se manifiesta en determinados personajes que son socarrones, como el héroe de las películas del oeste, los policías con curiosa personalidad y los héroes de fantasía que bromean constan-temente.2
Al año siguiente, un domingo en que Enrique visitaba el mercadillo de sellos y minerales de la plaza San Francisco, de pronto vio la silueta llamativa de una chica con pelo paja.
-Aurigon! – la llamó alegremente al reconocerla -.
-Enrique, tú, ser Enrique -le contestó ella- ¡qué casualidad encontrarnos en Zaragoza!
Enrique le explicó que trabajaba en asuntos de robótica en la ITA, el Instituto Tecnológico de Aragón en el barrio del Actur.
Aurigon se estaba sacando un máster en filología hispánica. Preparaba un tema muy de su estilo sobre el Quijote y Sancho Panza. Le interesaba mucho la relación del héroe, el humor y el dúo de personajes. Le estuvo explicando que el héroe, el Quijote, infectado de novelas de caballerías estilo Amadís de Gaula y otras famosas de caballería de la época, había acabado “impregnando” con su locura al sensato Sancho Panza, llenándole la cabeza de ínfulas, de lo que que iba a recibir y de que iba a ser Gobernador. En cambio parece que el Quijote, con el paso del tiempo, acabó por incorporar parte del realismo de Sancho, al que al principio rechazaba con displicencia y deprecio.3
Se dieron el teléfono y quedaron para verse un día..4 Los colegas no son exactamente amigos ni amantes como se pudiera creer y la cosa quedó en un ya llamaré que sonaba un poco a “lo prometo para quedar bien”·
Meses después, un día que Enrique iba en el tranvía, la vio cogiendo sitio en el par de asientos que hay en la curvatura de goma del tranvía. Dejaba el bolso en el interior y se sentaba en el exterior, al lado del pasillo. Se acercó para saludarla y al llegar Enrique hizo amagos de sentare en el lugar vacío en el que había depositado el bolso, pero ella se adelantó y le dijo:
-Te presento a Dani. Dani, te presento a Enrique, al que conocí en Finlandia en un seminario de Prolog.
Su intuición, mientras permanecía pasmado y lelo….5 captó la idea de que Aurigon tenía un amigo invisible, seguramente visible para ella y para nadie más, con la suficiente confianza en él como para compartirlo, pero no tanta como para que Enrique pudiera cuestionarle que ahí no había nadie.
Si el que no ve no dice que no ve, el que ve lo que nadie ve cree que ve6.
Tras varias personas que intentaron sentarse al lado de Aurigon sin éxito, ya que el asiento aseguraba que estaba «ocupado” de forma tan convincente que desistían, llegó alguien un poco más tozudo y con menos miramientos y le dijo de malas maneras que quitará su bolso que él quería sentarse7. Tras este comentario, Enrique pensó que a lo mejor Aurigon se daría por enterada de que ahí no había nadie, que sólo estaba su bolso. Pero no, Aurigon en ese momento dijo:
– Tranquilo amor levántate y no busquemos lío, además en la próxima parada ya nos toca bajarnos.
Casualmente Enrique también se apeaba en esa parada y antes de bajar del tranvía y que cada uno cogiera su camino, Aurigon le invitó a cenar a su casa junto con Dani. Enrique no sabía qué hacer pero tenía curiosidad por conocer qué pasaría cuando Aurigon viera que nadie ingería la comida de Dani. Así que, llevado de una curiosidad malsana, aceptó.
Ya en casa de Aurigon, se sentaron los “tres” a cenar. Se pusieron a comer y a la hora de recoger el primer plato, Aurigon justificó que el de Dani estuviera intacto diciendo que estaba algo salado para su gusto y además se encontraba más bien desganado como para comer a la fuerza por educación y por eso no lo había tocado.
-Ah, ¿tienes que irte así, tan urgentemente? – le interpeló ella, acongojada y dirigiéndose a Enrique a modo de disculpa añadió -se tiene que retirar por motivos urgentes de trabajo, lo siente mucho -.
Después de esto Enrique no sabía que hacer. 8
Ante esta situación lo único que se le ocurrió a Enrique para Aurigon fue aconsejarle que no fuera a muchos sitios públicos como el tranvía o un restaurante, ya que la gente prejuiciosa no entendería su “relación” de una eslava con un español.
¿Cómo iba a decirle que su ‘pareja Dani’ no existía? Además este nuevo amor le hacía tener un carácter más amable de lo que nunca antes había tenido Aurigon. Así que Enrique pensaba que no sería tan malo un amor invisible, si hacía que Aurigon fuera feliz y escribiera una tesis creativa.
Sea como fuere le acabó pasando lo que a Sancho, que por cuidar del Quijote, se vio involucrado en sus fantasías y al final acabó un poco más loco. Aurigon un poco más cuerda.
COMENTARIOS
#sagaPoblaciones #alucinación #enfermedad #beneficios_secundarios
Aurigon se encuentra en Zaragoza para realizar un trabajo especializado sobre el Quijote y sabemos que era una experta en lingüística e inteligencia artificial. Enrique, que la conocía descubre que no sólo es extraño verla en la ciudad sino que además tenga un amigo invisible al que presenta dada la confianza que hay entre ellos. Descubre de esta forma que tiene alucinaciones.
A fin de comprobar que no es algo pasajero o una broma , ya que a fin de cuentas a ella le encanta el personaje del Jóker, acude a una invitación para comer los tres y ahí contempla en primera fila el espectáculo de la convivencia con el ‘fantasma Dani’.
Le queda la duda sin embargo, de qué hacer con su amiga, porque la ve más feliz que nunca y parece que la alucinación de una pareja inexistente no le resta inteligencia profesional. ¿Merece la pena empeñarse en que reconozca que tiene una enfermedad y su ánimo se derrumbe como un castillo de naipes y sus investigaciones queden aparcadas?
ACLARACIONES
Lenguaje prolog busca todas las soluciones posibles que disponga. Así, si tenemos la regla tarea(Quien,Cual), si disponemos de datos, y la llamamos nos dará resultados en función de cómo fijamos las variables Quien y Cual.
tarea(‘Amparo’,Cual) |
Nos daría todas las tareas que tiene Amparo (llamar, rellenar un formulario, etc.) |
tarea(‘Amparo’,’llamar’) |
Nos daría por resultado Si o No dependiendo de si está asignada la tarea de llamar a Amparo. |
tarea(Quien,’llamar’) |
Nos da las soluciones de personas que tienen la tarea de llamar (Amparo, Jesús, Enrique…) |
tarea(Quien,Cual) |
Estamos pidiendo todas las personas y todas las tareas que tiene cada una de ellas. |
1 Ponemos ejemplos de oraciones a modo de juego con los presentes, procurando que resulten graciosas, por ejemplo “Juan lee pocos libros”.
2 Pedimos al público si es capaz de recordar algún personaje del cine o la literatura que se caracterice por ser jocoso o socarrón.
3 Aprovechamos para rememorar algún capítulo conocido del Quijote que recuerden los oyentes, incluso hablamos un rato en castellano antiguo.
4 Del narrador comenta a modo de ‘Jóker’ “Ojo, que no tienen la relación que podéis pensar que tenían, que no hay que precipitarse cuando no se tienen datos todavía, que así comienzan muchos rumores…”
5 Bis de lista de emociones de quedarse asombrado o estupefacto, al que los presentes están ya habituados a seguir,
6 Trabalenguas que descomponemos en sus partes, lo repetimos con pausas extras y con lentitud e incluso lo escribimos en la pizarra con paréntesis para que quede totalmente clara.
7 Indagamos en el misterio de qué modo o tono de voz vehemente o grado de violencia consiguen una clase de personas salirse con la suya. Practicamos algunas propuestas.
8 El narrador interrumpe el relato para dar ocasión a que los presentes participen de la posible derivación de la situación que se ha planteado. ¿Qué habríais hecho en su lugar? -pregunta.