Andarines, bicicleteros, autobuseros y unas brasas
Tal y como estaba previsto el último día de mayo nos encaminamos de formas distintas al barrio de Montecanal (concretamente a su centro deportivo) con el claro objetivo de degustar una deliciosa carne a la brasa, invitados por nuestra compañera. Hay una avanzadilla en coche para ir haciendo la brasa, el grupo de andarines repite la hazaña de ir caminando, otro grupito lo hacemos en bicicleta mientras que el resto acuden utilizando el transporte público: tranvía y bus. Una vez allí hay quién prepara la brasa y la comida, quién se sienta bajo la sombra de un árbol a leer, quiénes juegan un partido de tenis, quiénes se sientan a esperar impacientes la llegada de los manjares. Incluso se escuchan los acordes de una guitarra española… Las brasas se hacen esperar pero cuando llega la comida la espera se olvida y disfrutamos muchismo. También de buena compañía y ambiente excepcional con el café en la terraza del bar, momento mágico que aprovechamos para agradecer a la compañera Merche su invitación con un cálido aplauso, y decir unas palabricas de despedida a las alumnas de prácticas de TO que nos han acompañado estos dos últimos meses.
Volvemos con buen sabor de boca, ganas de repetir y sentimientos encontrados.