Contacto equino
Nos dirigimos por el coso hacia la Magdalena, interesados en averiguar si las obras de restauración por fin acababan para este próximo domingo. Entrevemos por la puerta que los obreros están todavía retirando andamiajes, pero se ve la iglesia reluciente por dentro.
Aprovechamos para comprar una hogaza de pan en Simn de masa madre con chocolate y naranja. Pedimos que nos lo corten y apreciamos el sabor los participantes en andarines.
Nos dirigimos al puente de la Unión, donde observamos el Ebro, corriendo magnífico y potente y por la margen izquierda nos dirigimos a Vadorrey hasta el rio Gállego.
Tomamos el camino bordeando el lado noroeste del rio. Atravesamos un centro deportivo latino, merenderos al borde del rio y un picadero de caballos.
Nos acercamos a dar de comer a “Eros” (equino indio, nos informará la encargada), y nos enteramos de lo que cuesta mantener un caballo en los tiempos que corren.
Por encima del picadero hay un sendero en el descampado que cruza las vías del tren y que no este vallado por el ojo de paso, así que vamos campo a través, pasamos las vías del tren y la ronda, hasta llegar a la calle Manuel Viola.
Vamos a buscar la Avenida Cataluña, y en el camino nos encontramos con una de las pocas cabinas telefónicas que deben quedar en Zaragoza.
De vuelta al centro visitamos de paso la colección “Cierta luz” de fotógrafas aragonesas que exponen en La Lonja, que nos resultan muy interesantes y evocadoras.