La ciudad perdida

La ciudad perdida

Vamos un grupo a ver la ciudad perdida llevados de la ilusión por ver una película de acción recomendada por los críticos. Nos encontramos con unas aventuras con fondo socio-antropológico: un oficial ingles situado en plena época de apogeo colonialista ingles esta deseoso de honores y riquezas y acepta en encargo de explorar el amazonas en Bolivia interior.

Nos regalan con ecenas del ambiente victoriano y de la Sociedad Geografica, e intrigas de oficiales regidos por escalafones de clase social privilegiada.  Nos resulta un mundo muy lejano que nos reafirma del temor que nos inspiran las altas esferas y en general las autoridades.

En Bolivia apare un mundo extraño en el que habitan recolectores del caucho, en tal apogeo en esa época que se permiten dilapidar la riqueza que generan celebrando óperas en la selva. Acostumbrados a las incongruencias (como escuchar voces donde no deberían) nuestro grupo de usuarios no se extraña de oir cantar en plena selva.

Los indígenas no estan domesticados por la «civilización» como hoy en día y les atacan hostilmente a lo largo del río, aunque a veces tienen la ocurrencia de buscar la paz y el comercio en vez de dedicarse a la guerra con resultado de encontrar aliados. En la selva se abren camino a machetes y pasan toda suerte de penurias de alimañas que atacan, mosquitos, enfermedades extrañas.

Encuentran restos de civilizaciones «no salvajes» tales como restos de alfarería y habilidades sofisticadas de agricultura. Algunos restos humanos con los que se han realizado ceremonias misteriosas con los cráneos les hacen pensar que en medio de la selva hay escondida una civilización perdida.

Cuando vuelve el oficial protagonista a describir su descubrimiento de civilización a la Sociedad Geográfica y recabar medios para financiar otra espedición sólo encuentra burlas y desprecio y oídos sordos a sus historias que les parecen fantariosas, irreales y precipitadas.

Encuentra finalmente un Mecenas que quiere participar el mismo en la aventura y llevan a cabo un segundo viaje, sacrificando a la familia que va creciendo mientras tanto como si el mundo familiar fuera ajenos al de la trascendencia heroica. Los americanos estan a punto de descubir Machu Pichu en Perú, lo que constituiría una vez mas la existencia en el continente de civilizaciones avanzadas. Su mujer quiere acompañarles, pero la igualdad de género todavía no ha llegado a primeros de siglo.

La experiencia es dura, y cuando estan a punto de encontrar la ciudad el mecenas enferma y tiene finalmente que suspenderse la exploración.

Además estalla la primera guerra mundíal con toda su brutalidad que aparece a los ojos del espectador como infinitamente peor que la selva más impenetrable y hostil. Gana una medalla de honor, finalidad de su existencia, y después de salvar los ojos gaseados en las trincheras quiere volver a demostrar la existencia de la ciudad perdida (donde habría civilización, pero también fama y oro).

Oficialmente la sociedad no esta dispuesta a volver a intentar descubrir la ciudad perdida, pero los medios de comunicación estan excitados por los relatos de las tribus y las maravillas que se van contando y gracias a su hijo mayor recaudan fondos para emprender una nueva aventura con la parafernalia y el empuje de los mass media. Le deja prometido a uno de los afines de la Sociedad Geográfica que si encuentran la ciudad le enviará una brújula inconfundible que posee el ya teniente coronel a modo de prueba.

En esta ocasión ya no vuelven los protagonistas y su mujer y el resto de los niños habidos se resigna a la muerte de los suyos consolados por la misión redentora honorifica que compensa el sacrificio.

El director de la Sociedad Geográfica, cuando ya no esperaba recuperar las vidas o los cadáveres que se habían intentado rescatar en varias ocasiones recibe de pronto un paquitito con la brújula prometida como señal de descubrimiento verdadero.

Las capas de la película, la selva, la sociedad clasista victoriana, la guerra, nos resultan extrañas, pero las escenas sobre el Amazonas y sus tribus nos dejan la sensación de al menos haber disfrutado de la parte «salvaje» ya que no de la «civilizada».

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Si continuas utilizando este sitio aceptas el uso de cookies. más información

Los ajustes de cookies de esta web están configurados para "permitir cookies" y así ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues utilizando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en "Aceptar" estarás dando tu consentimiento a esto.

Cerrar