El cine corrompido por el urbanismo
Subimos por Hernan Cortes y cogemos calle Teruel. Nos detenemos en una tienda mega stock para perseguir el milagro imposible de un tablet, teléfono táctil o aparato moderno con el el que la sociedad corrompe nuestros débiles cerebros, castigados por la enfermedad mental y por la pobreza estrema. Aunque predican aparatos muy baratos ninguno está a nuestro alcance, por lo que proseguimos el camino para calmar los nervios de la frustración.
El día es fresco y algo nublado, lo que nos resulta perfecto.
Vamos por la calle Valencia (comprobamos que la antigua estación esta ya suprimida, algunos recuerdan los viajes que partieron del lugar), Atravesamos una famosa sala de baile de días gloriosos y el Clínico en el que algunos recuerdan infaustos ingresos y discutimos sobre la escuela de profesores (sobre si se les educa adecuadamente para educar bien o no)hasta coger avenida Pérez Laguna que al final se nos presenta en todo su explendor otoñal. Especialmente cruzando el canal imperial.
Nos apercibimos del edificio de la cooperativa del taxi
Al final de Gómez Laguna giramos a la derecha a coger el hermoso pasaje del Ladrón de Bagdad, con sus románticos bancos de madera y mansiones de ensueño
Una vez en Valdespartera damos una vuelta por las calles jugando a averiguar el argumento de las películas (Desayuno con Diamantes, Cantando bajo la lluvia, el Mago de Oz y premiando con vítores a los que las conocen. Especulamos en plan sociología urbana qué tipo de personas viven en la zona (algunos se acuerdan de tener conocidos o haber realizado trabajos en el lugar), la colocación de los jovenes en zonas de pisos asequibles que desplaza
n la juventud del centro y envejecen los barrios antiguos. Nos admiramos de la plaza de los pájaros y después de tomar un café en el lugar, que es nuestra manera de bautizarlo como familiar, volvemos, y antes de regresar vamos a mirar cómo ha quedado el tradicional belén de Ibercaja