El robo de proteinas aclopadoras
Andaba el Reca en amores con Susi, que no era de las que se dejaban seducir por palabrería, gestos peliculeros del tres al cuarto ni promesas arrebatadas. Requería de experiencias de valor: comer en el chino, una puesta de sol en la playa, un concierto especial, un bar con música en vivo.. en fin, cosas que pedían un cierto grado de infraestructura.1 Baste como botón de muestra de la heroica dificultad de la empresa, el ejemplo de cuando quedaron en el bar del Mosca a tomar café con el Greñas y el Pinta para preparar el golpe en Griftha. Justo cuando traían las bebidas apareció la Susi y el Reca le dijo: tómate este café con leche mientras pido otro en la barra. Se fue a pagar la consumición e hizo ver con una taza vacía que se tomaba algo en la barra para que no se notara que se había quedado sin pasta y no podía invitar. 2
Le urgía dar el golpe. El Pinta había descubierto que en los locales detrás de la valla del recinto de laboratorios Griftha, solía aparcar los miércoles una furgoneta. Aparentemente se trataba de un trasporte de nóminas o materiales especiales y el conductor se metía en el pabellón bajo de la derecha a darle la vara a la rubia guapa de recepción. El palique parecía recibirlo ella con agrado. No se sabe si por aburrimiento, coquetería o por exquisita paciencia de esa clase en la que sonreír y comentar educadamente “ah sí?” “vaya..” o simplemente un “uhmm” era interpretado como apasionado interés en que la conversación durara y la duración fuera una prueba de supuesto agrado.3
La cosa parecía tirada. Saltar la valla, esperar a que el conductor se metiera dentro y se cerraran las puertas climalit que impedían el paso del ruido, forzar la puerta de atrás de la furgo y en cinco minutos tenían margen de sobra para salir con el botín. El ligón solía estar más de 12 minutos dentro como mínimo.
Era miércoles y faltaba una hora. El Reca se despidió de la Susi, a la que avisó que igual la llamaba para salir a cenar esa noche si un asunto que tenía entre manos salía bien y se dirigieron hacia los laboratorios Grifta. Saltaron la valla que era más decorativa que barrera de seguridad. Esperaron la llegada de la camioneta y ya estaban abriendo la puerta de atrás cuando la banda del Meca apareció en la valla gritando que el asunto era suyo y qué hacían ahí chafándoles el plan.
-Hemos llegado primero, así que iros vosotros! –les gritó el Meca, sin miedo de elevar la voz sabedor de que la parejita de recepción estarían en la inopia.
-Que te crees tu eso. Si hemos llegado es que nos toca, no vamos a irnos de balde, así que ya podéis iros con viento fresco.. –le mandó el Reca sacando una pistola para mejorar su poder de persuasión.
Cogieron cada uno unas bolas de metal que encontraron dentro y se disponían a salir corriendo cuando los del Meca subieron por una escalera a la azotea en la que se dominaba la explanada con la finalidad de impedirles el paso e hicieron algún disparo que obligó a los del Reca a hundirse en la línea del pabellón para que no les alcanzaran las balas.
-¿Qué hacemos ahora? –preguntó angustiado El Greñas,- porque estas bolas pesan un huevo para salir corriendo y seremos blanco seguro.
El Reca tenía muchos defectos, pero había que reconocer que su capacidad de reflejos era genial, y en segundos se le ocurrió el plan de salida.
-Tiramos la bolas a rodar, cada uno en una dirección distinta, tu, Greñas a la derecha, y saltarás la valla por el parterre, yo en medio, la tiro al otro lado y salto rápidamente, y tu, Pintas a la izquierda, sales por la puerta de entrada. Cuando vean las bolas se dividirán y perderán unos segundos en colocarse en posición de tiro. Nosotros vamos corriendo siseando para que no puedan apuntar, y listo..
Así procedieron, porque tenían sus colegas fe ciega en el Reca, como si por una razón misteriosa un ser desastroso en amores e información, en cambio fuera la solución en caso de caos.
Los del Meca tardaron en reorganizar el contraataque. Les costó apuntar y la cosa salió bien por los pelos. Salieron corriendo con las bolas y se fueron a la casa abandonada del rincón del Furo para parlamentar y repartir el botín.
Se fijaron que las bolas tenían una leyenda de “PROTEÍNA ACOPLADORA RH4”
Al desenroscar la parte superior comenzó a salir un humo, como nitrógeno líquido y por la ranura se veían iluminados por una luz azul de led una docena de tubos que les aclaró definitivamente que ni había dinero ni monedas, y que se trataría de un producto especial de difícil salida.
-¿Qué hacemos ahora? ¿A quién se lo vendemos? –preguntó El Greñas, angustiado-.
-Buscaremos un laboratorio de la competencia, les llamamos y se lo ofrecemos a mitad de precio –sentenció El Reca-, como si recitara la Biblia.
Encontraron unos laboratorios cerca del robado que se llamaba Thalami y concertaron una cita con el jefe de compras, que se mostró muy receptivo cuando se apercibió que se vendía proteína acopladora a bajo precio.
Por la noche fue a resolver cabos con el Meca.
-No teníamos ni idea que os interesara el golpe –le dijo Reca- Al final el que se lo lleva se lo queda, pero habíamos pensado que ya que nos hemos entendido siempre y hemos hecho cosas juntos, que os podríamos dar el 20% de lo que ganemos como compensación.
-Me parece bien –sentenció El Meca-. Si hubiera podido te pego un tiro ahí mismo, pero una vez acabada la cosa, asunto cerrado. Me parece justo el trato y si fuera al revés haría lo mismo..
Se dieron la mano escupida en la palma a modo de juramento.
-Por cierto, Meca, no podrías dejarme 15€ que quería invitar a la Susi a cenar y estoy a dos velas..
-Si es a cuenta de lo que me debes vale, y ya sabes como me las gasto si no me lo devuelves..
-Vale Meca, ya me conoces y sabes que nunca he fallado a una palabra…
Laboratorios Thalami estaba al otro lado de la calle de los laboratorios Griftha, por lo que tuvo que dar un rodeo para evitar entrar por ese lado no fuera que alguien le hubiera visto el día anterior.
-¿Cuánto podría darme por tres bolas con 3 docenas de tubos de Proteína Acopladora? –le espetó directamente el Reca en cuando se saludaron-.
-Hombre, amigo, usted no se ha dado cuenta de que Thalami es la parte segunda societal con Grifols: GrifTha, acrónimo de la unión.4 O sea que nos robasteis lo que tratas ahora de venderme. – El Reca se encogió al verse pillado por su ignorancia in fragantti – Tenemos tu teléfono, tu cara, la grabación del robo, todo. Así que lo que te sugiero es que nos devuelvas el material esta tarde misma, nos olvidaremos de la denuncia y aquí no ha pasado nada.
El Reca, a pesar de su temperamento, temblaba como un flan al verse cogido por su culpa en el mayor de los ridículos.
Dicen que en nuestro inconsciente habitan ciertos personajes que despiertan en momentos muy determinados para cumplir una función complementaria a la que oficialmente nos dedicamos. Los serios tienen un Jóker en su interior que cuando el individuo se siente ahogado le ayuda a resucitar con un espíritu bromista, divertido y jolgorioso que de pronto surge y le salva. Otros tienen un “ánima” o un “ánimus” que les salva de la tiranía de la masculinidad o de la femineidad. También algunos hablan del diablillo que te tienta en los momentos de debilidad o un angelito que te salva en el último momento en el que te estás perdiendo. Uno de esos personajes interiores es la figura del sabio. Los artistas lo han representado mediante un ser barbudo con hábitos blancos que a veces tiene gorro puntiagudo o un pesado libro en la mano simbolizando la quintaesencia de la sabiduría.
En el caso del Reca El Viejo Astuto le dio la idea:
-De acuerdo, ¿Pero no podría prestarme 50€ para coger un taxi y devolverle en un par de horas las bolas?
-Si devuelves el material robado esta tarde todo puede ser…
Esta inspiración le salvó a la vez de la amenaza implacable del Meca y posibilitó el consuelo de poder invitar a la Susi a un chino del barrio.
COMENTARIOS
#sagaMeca #antisocial #amor
El Reca decide asaltar una furgoneta de reparte de un laboratorio, pero se encuentra con la sorpresa que el furgón tiene proteínas ecopladoras en vez de dinero como creía. Además se presenta en el mismo lugar la banda del Meca, con el que se cruzan tiros para dirimir quien se queda con el botín.
Intentan vender las bolas de proteína a la empresa rival sin saber que se trata de la misma empresa, con el resultado de chasco total. No obstante Reca hace gala de su famosa capacidad de improvisación guiada por un viejo sabio que pueda que exista en su interior, y al menos saca 15 euros al jefe del laboratorio y al Meca al que visita para ofrecerle una compensación del botín.
Las bandas representan en cierto modo los problemas de la vida, sobrevivir con habilidad, conseguir tener amor y amistad y ser jefe de la banda obtener un control de nuestros objetivos mediante capacidad de improvisación y la resolución de problemas.
En el mundo de las bandas rigen leyes propias de valores antisociales admitidos, robar para ganarse la vida, pero junto a personas dispuestas a pegar un tiro existen aspectos patéticos de enamorados que no pueden pagar una invitación o que compensan a un colega por chafarle un plan. El lado cruel y el tierno del delincuente se intercambian con facilidad.
El cuento ayuda a reflexionar sobre aspectos contradictorios de nuestra personalidad y el proceso de individuación en el que podemos estar embarcados a lo largo de la vida.
NOTAS TÉCNICAS
1Hacemos una consulta al público sobre qué actividades de seducción propondrían.
2Para que se comprenda mejor se dramatiza la situación: Viene Susi y Reca mira un bolsillo, otro, hurga en sus monedas, ve que no le alcanza para invitarla, coge una taza vacía, la esconde en la espalda, le da su consumición de la que sólo ha probado un sorbo, se retira a la barra, hace que bebe de la taza vacía.
3Representamos la escena del pesado ligón y la respuesta amable mínima que lo incentiva en vez de desanimarlo.
4Momento para hacer juegos de palabras para juntar dos cosas distintas (dos nombres cualesquiera para poner título a un restaurante, por ejemplo).